Inicio Análisis político Alejandro López Munguía Afuera atrapan delincuentes y en el Congreso los toleran

Afuera atrapan delincuentes y en el Congreso los toleran

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Luego de que los mexicanos nos enteramos de las intenciones de la diputada perredista Purificación Carpinteyro, de capitalizar la reforma en materia de las telecomunicaciones en el país para obtener un beneficio para sí y de los suyos (vender un servicio de telefonía, internet, televisión y video), me estacioné mentalmente un momento para confirmar que México, a pesar de sus reformas, transita hacia la transformación y la modernidad contaminada por el eterno enemigo: la corrupción. Y sí, por ende, raíz y eje de la delincuencia.

Algunos aspectos me hacen “mucho ruido”, expongo:

¿Y el castigo dónde quedó?.- Una vez que los mexicanos nos dimos por enterado de tal acción, para la legisladora perredista, no hubo castigo. La sacaron de la discusión de las leyes secundarias que en estos momentos se discuten en la Cámara de Diputados, nada más. Ese es su “castigo”, así lo consignó el alto mando del PRD. Sin embargo, el asunto alcanza mayores niveles de corrupción, y el tema demanda de un juicio severo y una denuncia precisa, tal como mandata la constitución y que el Congreso de entrada y la PGR deben ejecutar de manera irrestricta, precisa, transparente y contundente.

¿Cuál es el mensaje?.– Sin duda, el mensaje que envían a los ciudadanos es grave y preocupante. Para la ciudadanía queda claro que le dieron un “huascop” (coscorrón en tierras yucatecas) a la legisladora, y más por ser “tonta” y dejarse grabar, que por el acto delictivo que cometió con sus cómplices (que son poderosos). ¿Cómo no quieren que la población rechace a los políticos?, ¿cómo no quieren que la gente pierda la confianza?, ¿cómo no quieren que los mexicanos cada día estén más inconformes con la vida pública?. Digo.

Atrapan a narcos y a los de cuello blanco los dejan “regañados”.– Así no se vale. Así no jugamos los ciudadanos. Ahora vamos creyendo eso de que están vendiendo al país. Claro que Carpinteyro ya evidenció que hasta los perredistas se suman al saqueo contra la nación. Bueno eso dijeron y eso siguen diciendo los despitados. Por un lado el Gobierno Federal atrapa a los delincuentes y en el Congreso los toleran.

¿A qué estamos condenados los mexicanos?.- ¿A tolerar a los corruptos sin hacer ningún reclamo?. Digo hoy el ejemplo es la legisladora sol aztequista, pero en su momento han sido otros, y de todos los colores. Me viene a la mente el tema de la línea 12 del metro en el Distrito Federal, donde hubo intereses muy fuertes para echarla a andar y poner en riesgo la vida de miles de ciudadanos. En ejemplos de Corrupción, México ocupa principal mención internacional: el enriquecimiento ilícito de Elba Esther Gordillo solapada y protegida por décadas tanto por gobiernos del PRI como del PAN; los amigos de Fox, el Pemex Gate, etc. En México se hace de todo, menos la limpieza en casa para librar al país de los corruptos.

Como dice el “Buki”, ¿a dónde vamos a parar?.- Pues según las cosas, vienen mejores tiempos para la nación. El problema es que ya vimos que la corrupción está en el seno de nuestra “sagrada capilla de la democracia”. O sea, se nos metió el diablillo, o diablilla y nos está arruinando la fiesta.

Pedirle a los políticos que castiguen ejemplarmente a Purificación es ponerles una “papa caliente”, ¡vaya usted a ver con quienes está ligada la señora!.

Urge la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción que propuso el Presidente Enrique Peña Nieto. Pero curiosamente, los partidos PAN, PRD, PT, Movimiento Ciudadano no le han entrado al tema como sí lo han hecho con otros, tal vez porque al país no le urge, total, pensarán “la corrupción en México es cultural” y por ende es como el mole hay de todos los colores y sabores.

Si el PAN por ejemplo, le diera prioridad a la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción como se la dio a su reforma político electoral, otro gallo cantaría.  O si el PRD le diera prioridad más que a su consulta para evitar la reforma energética las cosas serían gigantescamente diferentes. O sea, estaríamos hablando de la legitimidad de la acción pública, ni más ni menos. Esa que necesita México para volver a creer en sí sin recelos, y sin desconfianzas.

En fin, a pesar de todo los mexicanos seguimos … como dijo el Papa el Santo Juan Pablo II, “México siempre fiel”.