Inicio Análisis político Enrique Vidales Ripoll El análisis político profesional tiene su grado de complejidad

El análisis político profesional tiene su grado de complejidad

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En nuestro país la libertad para pensar, de creer y opinar son derechos consagrados como fundamentales en la creencia de que motivan y consolidan el ejercicio de la democracia. Todos los mexicanos, sin discriminación ni distinción ideológica pueden ejercer esos derechos.

Igualmente vivimos y nos desarrollamos en una sociedad que por los medios electrónicos de información se abren más que esa manifestación sea más libre, más plural… todos tienen la oportunidad de decir lo que se piensa y se cree.

Sin embargo hay una distinción entre lo que es un ejercicio de opinión simple a lo que podría llamarse un análisis político serio y responsable. Un análisis que requiere ir más allá de las propias creencias para argumentar con criterios objetivos la interpretación de la realidad que nos rodean.

Los hechos sociales y políticos están a la vista. Es muy simple ser repetitivos de una opinión que surge desde una perspectiva simplista y general, sin que se llegue a profundizar con elementos el contexto real que da sustento a lo que acontece en la realidad.

Es muy claro que para el que quiera hacer análisis político conozca, por lo menos, los veinte años de vida política y social. Lo que hoy sucede no es más que una parte del círculo de efectos que tiene causas profundas en los últimos acontecimientos que nos han marcado en las pasadas dos décadas de evolución política y social.

No es cuestión de aparecer en un medio de comunicación de importancia, sino que la opinión que uno ejerce sea profesional para contar con el reconocimiento y validez en la aportación de ideas, consolidación de la libertad de opinión y aportación a la democracia a partir de ofrecer ideas que realmente aporten elementos interpretativos de la realidad que sean novedosos.

Es igual como sucede con la diferencia entre un merolico y un estratega de mercadotecnia. El primero solo grita, solo repite lo que cree es conveniente, lo que sabe que a la gente le convence. Es por ello que se encuentra en su estado de confort. Al final la gente siempre curiosa le ofrecerá atención, parecerá que si convence.

Sin embargo, el mercadologo sabe que tiene que posicionar un producto en un mercado, que el éxito de su campaña estará en función de que tanto logré producir una fidelidad a la marca que promociona. Por ello investiga, encuentra las motivaciones de la población destino de la campaña, reflexiona entre varias estrategias cuál sería la mejor, la más efectiva y le proporciona los mejores rendimientos. Es sabido que las mejores campañas son las que se salen del molde, que rompen esquemas, que son sugerentes para el producto.

Esto nos diferencia entre lo que es un ejercicio de venta simple a uno profesional, de un simpleza a la complejidad del análisis, de la investigación, seriedad y compromiso en una función de mercado.

Lo mismo sucede con el ejercicio de la opinión pública. Como se afirmó al principio es fácil escribir y hasta tener la oportunidad de ser publicado por cualquier medio de comunicación masiva, inclusive, con el apoyo de las tecnologías de la información convertirnos en propios editores.

Sin embargo, el ejercicio profesional que nos diferencia entre los simple opinadores y los analistas de información política y social es la capacidad de ofrecer una argumentación más sustentada, investigada y reflexionada de todo el contexto que da origen, causa o afectación del mismo hecho.

Como decía hace tiempo un maestro de redacción: todos pueden escribir, pero pocos lo hacen con estilo y alto sentido de corrección gramatical y exposición de ideas.

Al final todos tenemos una idea de la política, de los hechos sociales que como sociedad nos agobian. Pero aportar algo al entendimiento del mismo con ideas más claras, precisas y novedosas es necesario ir más allá de las creencias personales, investigar y reflexionar sobre el mismo hecho.

No se escribe ni para uno mismo, ni que para que los demás solo te digan que estás en lo correcto y seas plenamente amado por una mayoría… el verdadero analista es el que mueve la conciencia y obliga a la reflexión.