Sí, el país necesitaba una reforma política electoral de avanzada, y a cambio le dieron una “atrasada”. De hecho la viene necesitando desde hace muchos años, quizá desde algunas décadas. La que hoy tiene México no es ni por mucho la que le hace bien a nuestra democracia, tan vilipendiada como usada al amparo de intereses lejanos a la ciudadanía. Es una reforma cuyo origen es el chantaje político. Es una, que posee el ADN de la comercialización con la que se maneja el voto.
Identifico tres cosas que se agravan con esta reforma legislada al vapor.
Primera.- Al permitir la re elección, se rompe con el origen de la revolución mexicana, que en esencia nos dio identidad y que buena o mala nos condujo durante el siglo XIX lejos de una dictadura oficial. Se trata de la perpetuidad de las personas y con ello, de la perfección de la dictadura perfecta que nos dibujó ante el mundo durante ese tiempo. Una dictadura fraccionada en cotos del poder. Con su reforma – porque es suya para “emparejar la cancha” – , el PAN contribuye al regreso de un pasado que nos ofende y que en algún momento llegamos a pensar también los ofendía. Con la re elección del ejecutivo en nivel municipios, se abre la puerta para en un futuro alcanzar otros niveles más arriba. Los legisladores que podrían ser re electos, seguro lograrán su objetivo usando las artimañas que ya no son exclusivas del PRI de los 70 años en el poder. Me asusta que legisladores de la calaña de Purificación Carpinteyro logren perpetuarse, porque claro que los hay y con esas negras intenciones.
Segunda.- El desprestigio de los legisladores ante la ciudadanía es grave. Y aunque las excepciones existan, la realidad es contundente en contra. Luego de las acusaciones en contra del coordinador de los diputados panistas Luis Alberto Villarreal, en el sentido de que “vacuna” con el diezmo a los alcaldes de su partido para hacerles llegar recursos, la sociedad encontró evidencia de su sospecha. Y aunque el legislador hizo todo para lavar su nombre, el tema se arraigó en todo el territorio nacional. La gente lo tiene en mala estima. Y lo extiende a todo ser humano que presume y/o aspira a ser legislador sea federal o estatal.
Tercera.- regresan las concertacesiones. Y regresan de ultra tumba, para pasar de la ilegalidad a la formalidad. La aparición del INE trastoca la decencia de la democracia. A través del INE la clase política negociante, le quita a los congresos estatales la facultad de elegir a los consejeros estatales y al poder judicial, la facultad de calificar las elecciones estatales. Así como le otorga a dicha cúpula la facultad de descalificar una elección cuando se le antoje. ¿Cómo pudo el PAN asesinar al IFE para darse una oportunidad de mantenerse pegado a la ubre presupuestal?, chantajeando, esa es la respuesta.
Lo que quedó pendiente con esta reforma, entre otras cosas:
El combate a la corrupción
La reducción de legisladores plurinominales
La revocación del mandato
Y la obligatoriedad de la rendición de cuentas (que a pesar de la legislación vigente, es endeble su cumplimiento por parte de Ayuntamientos y Gobiernos estatales)
Así pues, de la reforma política electoral se puede argumentar mucho a favor, sin embargo, nadie le quita su verdadero origen: el chantaje. Y es el instrumento que en un principio quiso usar el PAN para “emparejar la cancha”, y de esa forma competir en los procesos electorales por venir. Pero se topó con los “malosos” de verdad y le pusieron el pie. Ahora que le encontraron el modo a eso de las coaliciones, pues la verdad no se por dónde el PAN se lleve todo como pensaba.
En fin, entre “malosos te veas” dice el dicho … Pobre México.
