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Jóvenes periodistas, al rescate del periodismo social. Por José Miguel RP

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La misión de los jóvenes periodistas
El rescate del periodismo social
El periodismo, por lo general, suele entenderse como la actividad cuya función esencial es la informar, en otras ocasiones la de denunciar, criticar o señalar, en muy pocas la de proponer y casi nunca la de educar. En estos tiempos en que vemos en nuestra sociedad, en su modelo de persona y acción, los parámetros del individualismo moderno que proponen como valores el egoísmo, la independencia en “pro” de la libertad, la desvinculación con todo tipo de compromisos, la libertad mal entendida como una liberación a la que solamente limita la premisa de “no perjudicar a los demás”; premisa única que aunque en apariencia no excluyente tampoco es incluyente pues en ella no caben de igual manera, la solidaridad y el voluntariado.

Paradójicamente en el momento histórico que vivimos, en el que tenemos todas las facilidades para la intercomunicación y la convivencia, para el diálogo y la relación entre personas; el aislamiento y la soledad o la precariedad en las relaciones humanas se viven con especial preocupación.
En ese contexto y colocado en el centro de nuestras relaciones el egoísmo, reflexionemos: ¿Hasta qué grado es posible comprometerse a practicar un periodismo social y de servicio?

En días pasados durante una conferencia impartida en la sede de la COPARMEX local, la periodista y activista social, Lydia Cacho platicó acerca de la necesidad de practicar un periodismo que no solo busque informar o señalar tal o cual acto de corrupción que se conozca a través de los hechos, sino que procure, dentro del marco de los Derechos Humanos, formar ciudadanos conscientes de su función como tales, es decir nos propone retomar ese periodismo que asume su responsabilidad en los procesos sociales, que reflexiona sobre su papel en el devenir social y se preocupa por encontrar soluciones.

Es éste periodismo el que propone la articulación del eje social con los temas más relevantes de la política y la economía de los medios de comunicación. Cada vez son menos los periodistas aguerridos que toman el estandarte de una causa justa pues sabemos lo complicado que eso resulta para el periodista de carne y hueso que nunca deja de sentir miedo como cualquier otro ser humano sin embargo, a diferencia de los esclavos de la ley de la oferta y la demanda, los que sí tienen una razón por la cual luchar les mantienen sus convicciones.

Por esa razón es necesario recordar que el periodista que lo practica se caracteriza por ser un ciudadano comprometido con la realidad de su país y como tal un actor social de peso. Aunque son muy pocos los que como Lydia, logran convertirse en un símbolo de la libertad de expresión y de la lucha contra la impunidad, está en nuestras manos, las de los jóvenes, fomentar la práctica de un periodismo responsable; un periodismo que integre con fidelidad a todos los actores de la sociedad para contribuir a un diálogo del que surjan ideas y a partir de ellas crear soluciones sustentables para enfrentar los desafíos que hoy nos amenazan. Y si como a esta periodista, nos secuestran y torturan ¿no es ella la muestra viviente de la fuerza de la sociedad civil organizada por sobre los poderes fácticos y ocultos del Sistema?

 
José Miguel Rosado Pat