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Las bondades crueles de la Crítica, por Lety Várguez

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Las bondades crueles de la crítica …

 

 
Nuestros dogmas, en ocasiones nos aprueban o nos consienten a cometer infinidad de errores, pero que si dedicamos el tiempo para un pequeño y simple análisis aprenderíamos las grandes diferencias que nos llevan de un dicho a otro.

 

 
Y esta semana me inspire en lo que todos conocemos de mala manera como “critica”, y de cuantas veces nos sentimos sumamente ofendidos por una de estas.

 

 
Pues bien, etimológicamente, la palabra crítica (la acción) está derivada de la palabra criterio, la misma raíz, kri, en su objeto, de discernir la verdad evidenciando, previamente, la falacia o el error.

 

 
La crítica, es la acción dirigida, surge del intelecto crítico, expresada como opinión formal, fundada y razonada, necesariamente analítica, con connotación de sentencia cuando se establece una verdad, ante un tema u objeto usualmente concreto pero que puede dirigirse hacia lo abstracto.

 

 
En la antigüedad no existía un modo regulado de indicar los razonamientos filosóficos falaces, no existía el método científico, salvo en las Matemáticas y en ciertos experimentos de física, es decir, se utilizaba la crítica como criterio para paliar o suplir la ausencia de pruebas, método o evidencia, también se utilizaba en la Política.

 

 
Modernamente, en el lenguaje popular, la palabra crítica tiene sentidos positivos o negativos, según su intención o tendencia, pero esto se refiere más bien a una Pseudo crítica, la cual, puede ser negativa (destructiva) o positiva (constructiva).

 

 
La crítica, está basada en el intelecto y pensamiento crítico, cuyo hábito de conducta procede al análisis de los datos del problema antes de formular su opinión o de actuar conforme a un fin.

 

 

 

El pensamiento crítico no está separado del contenido, no podemos pensar acerca de la nada, el “que” es el contenido y el “como”, el pensamiento crítico, la única manera del ser humano de aprender es el pensamiento.

 

 
Opuesto al pensamiento crítico, es el pensamiento no crítico o vulgar, es el que sin más ni más, da por sentado la verdad de una creencia y en la que los prejuicios sociales actúan como grandes evidencias de conocimiento, sin cuestionarlas respecto a un contenido verdaderamente objetivo.

 

 
Por supuesto, que hay mucha diferencia, de lo que comúnmente decimos con la clásica expresión “me critican”, error, se podrán articular frases ofensivas, pensamientos propios, pero lejos se estará de dar una verdadera crítica sobre todo en la persona de alguien.

 

 
Lo contrario a una crítica, es todo aquello, que por nombre lleva murmuración, rumor, burla, difamación, chisme, habladuría, comadreo etc., todos en sí, consisten en hablar generalmente, tan bien como tan mal, sin que existan datos para comprobar su veracidad, que pretender poner en ridículo o dañar, y que condicionan el comportamiento de los demás por encima de la información objetiva.

 

 
Una verdadera crítica, es un lujo muy caro, que debe cumplir ciertas habilidades y características propias de un buen pensador crítico, razonable, reflexivo, enfocado, con espíritu de disposición y dedicación, en donde la mejor conclusión está basada por la mejor razón, con un propósito que no ocurre accidentalmente o sin razón.

 

 
Las cosas de quien vienen, es correcto, siempre que alguien se dirija a ti con algún pensamiento, simple, es lo que te quiere decir, pero no una crítica, como dice una famosa canción: “manos que escriben palabras duras, hechas a golpe de un alma pura”, lo mismo sucede con las palabras.