Inicio Análisis político Enrique Vidales Ripoll No reconocer a las minorías: característico de la insensibilidad política

No reconocer a las minorías: característico de la insensibilidad política

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En los recientes procesos de consolidación democrática, las minorías constituyen un elemento fundamental a la hora de definir líneas de acción política. Es cierto que se dice que en democracia se debe decidir conforme a lo que la mayoría determine sea lo mejor; sin embargo, las decisiones mayoritarias se fortalecen en la medida que las minorías las apoyan y sustentan. Las minorías son entonces los validadores de las decisiones mayoritarias.

Hay varios ejemplos de cómo la minoría si cuenta. Tenemos el caso de la población indígena, que a partir de la colonización y la modernización social se han reducido en demasía. No obstante, la fuerza de sus peticiones por una sociedad más justa y no discriminante por motivo étnicos, hoy constitucionalmente se reconoce como Derecho Humano el respeto a la pluralidad étnica y al uso de costumbre en algunos poblados netamente de origen autóctono o indígena.

Otro caso más significativo de la fuerza de las minorías lo vemos en el caso de la comunidad lésbica-gay que ha logrado por vía judicial el respeto a su derecho de matrimonio, el reconocimiento de este estado civil con derechos y obligaciones análogas y similares al matrimonio heterosexual.

Si vamos el punto internacional es fácil ver que las grandes revoluciones sociales han surgido del interés de una minoría que se inquita, se rebela y es capaz de poner en jaque a la mayoría, por más imperio que la segunda tenga. En un sentido amplio esas minorías son la gota que derrama el vaso.

Por lo tanto, decir que una sola minoría es más que suficiente para dejar de darle valor a una manifestación popular es síntoma de carecer de un sentido analítico de la realidad, y de una amplia conciencia de la realidad política moderna e imperante en un mundo de redes sociales.

Peor del gobierno que un incapaz de detectar el perjuicio que le puede ocasionar una decisión política, denunciada desde una minoría. Es un rasgo de insensibilidad que lo hace inoperante en la negociación política, por más valiente que se le vea tomar una decisión que solo afecta a unos pocos.

No se olvide que las grandes caídas de sistemas políticos empezaron cuando un solo piensa que las cosas pueden ser diferentes, y en su afán contagia a los demás de esa idea.

Solo uno puede ser capaz de cambiar al mundo.