No hay duda, la política siempre ofrece alternativas. Desde hace un año, en Mi Punto de Vista señalamos que el PAN tendría posibilidades de resurgir si postulara a una mujer en Mérida. Y es que lo peor que le pudo pasar al blanquiazul es el arribo de una caricatura a la alcaldía en el 2012, que ha desprestigiado la “marca PAN” por su corrupción, torpeza, ineptitud y falta de ética.
Luego de los escándalos por un vídeo, la figura de los aspirantes varones se ha debilitado. Y es que en el PAN hacen falta verdaderos líderes que con su aportación lo acerquen a la ciudadanía, tan decepcionada por la actuación del alcalde Renán Barrera Concha y por la de la directiva estatal y municipal, tan grises y convenencieras.
La militancia blanquiazul ya quiere librarse de toda esa mugre política, ya desea salir de la mediocridad. Ana Rosa Payán lo ha dicho ya en sus entrevistas con el periódico Por Esto, desde donde se ha destapado abiertamente para la alcaldía de Mérida. Habla de ser candidata independiente, aunque está en la lista de plurinominales del PAN en la legislatura actual. La dos veces alcaldesa de Mérida por el PAN, ahora busca ser postulada por afuera de él. Ella ya olió el momento y sabe que una figura femenina es lo que atraería el voto mayoritario de los meridanos.
En el PAN existen mujeres valiosas, que han demostrado ser capaces y muy trabajadoras. Me vienen a la mente: Sofía Castro, Cecilia Patrón Laviada, Kathya Bolio, Beatriz Zavala, María Yolanda Valencia.
A últimas fechas el nombre que más suena es el de Cecilia Patrón Laviada, que incluso es considerada como “la Ivonne Ortega del PAN”. Hay que recordar que cuando el PRI estuvo en el fango, fue Ortega Pacheco la que lo sacó y lo llevó hasta donde está. La situación es similar.
El PAN está en el fango, nadie le cree y poco valor tiene su voz pública e interna. El riesgo de perder la elección del 2015 está basado en la falta de credibilidad de sus dirigentes y cuadros distinguidos. Son gente “quemada”.
Cecilia Patrón, aseguran militantes, es la mujer llamada para rescatar al PAN de su gran mediocridad. Alegre, con arraigo, con amor al partido, fuerte física y emocionalmente, siempre presta a ayudar a la gente, posee los atributos necesarios.
Apoyó con decisión las aspiraciones de su esposo, pero las cosas hoy cambian muchas cosas y se abre la posibilidad para su posible candidatura a la alcaldía de Mérida, afirman.
Y no sería candidata por sustitución de candidato alguno, sino por méritos propios, señalan.
En fin, el PAN tiene un gran reto, que es elegir no solo a un “buen” candidato, sino a un “gran” candidato. Todo parece ser que debe ser una mujer, y tal vez, solo deben tomar la elección correcta.
Si no lo hacen así, Mérida podría ser del PRI otra vez.
