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Parcial defensa de animales en el DF

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Por los medios de comunicación nos hemos enterado en el Distrito Federal se va a prohibir las funciones de circos con animales. Sin duda un avance en lo que respecta a la defensa de los derechos de los animales, que tiene mucha relación con la evolución en el tema de los derechos humanos hacia una nueva etapa: el respeto hacia las otras especies y a la naturaleza dignifican la experiencia del hombre.

Sin embargo queda el amargo sabor de boca con la gran incongruencia de no prohibir al mismo tiempo las corridas de toros o la explotación de animales en apuestas como las carreras de caballos.

¿Tendrá que ver la utilidad económica de las actividades aun legales para que los asambleístas del DF no le pongan un punto final a tan delicados y polémicos temas?

En tiempos no muy antiguos los circos constituían una manera en que los niños de cualquier comunidad pudieran conocer animales que difícilmente podrían acceder a ellos. Esa fue la excusa perfecta para justificar la existencia de los circos. Sin embargo, ante los nuevos paradigmas de protección animal y el descubrimiento de las condiciones precarias de varios circos en contra de los animales, la exigencia para acabar con el abuso de los animales se volvió una carga social en contra de esos centros de entretenimiento. Parece que la decisión ahora tomada de prohibir en los circos los animales constituye un triunfo para los defensores de los derechos de animales.

Una cosa es cierta. No podemos rehuir de una responsabilidad social y ecológica con las demás especies del planeta, como lo son las plantas y los animales. Todos somos pobladores de la tierra que debemos, por lo tanto, estar equilibrados en la interacción y convivencia. En el caso de los animales la situación se vuelve especial ante el descubrimiento de rasgos de inteligencia y emociones, que aún no tengan una razón o estado de conciencia de la propia existencia al igual que los humanos, si los hace seres que pueden sentir, desarrollar lazos de gran unión y lealtad a favor de los amos.

La naturaleza del hombre debe orientarse a proteger a los demás débiles. En este caso las especies animales constituyen una gran responsabilidad. No olvidemos que los humanos igualmente somos animales, que por naturaleza más evolucionados, pero al fin, animales en la constitución biológica y muchas veces hasta en lo conductual cuando se actúa sin razón ni justificación aparente.

¿Las corridas de toros deben estar prohibidas?

Hay quienes sostienen que son un valor cultural. Por lo menos en México representan un símbolo de la represión de un pueblo que nos conquistó y despojó de la capacidad natural y evolutiva social de los pueblos autóctonos de esta región. Hace muchos años igualmente heredamos de esa cultura dominante la esclavitud, que hoy la desechamos por ir en contra de la igualdad y equidad humana. Entonces si se pueden cambiar los patrones culturales al incorporar otros conceptos y paradigmas. Eso es evolución social, la superación de estadios antiguos por el mejoramiento de la experiencia de vida humana y de la sociedad.

Hoy la situación de la defensa de los animales en el DF logró un paso, pero realmente mocho, parcial e insuficiente. No se atrevieron los legisladores a clausurar las corridas de toros y las apuestas con animales. En las primeras, la exaltación de la violencia contra la especie animal llega hasta provocar una tortura sangrienta y de muerte.

En las apuestas, como es el caso del caballo, igualmente hay una explotación al límite de las capacidades de los animales para el aprovechamiento utilitario y económico del hombre, sin que el animal pueda elegir por sí mismo.

Ambas igualmente son aberraciones contra los derechos de animales. Pero se vuelven intocables mientras de sanciona a los circos, muchos de ellos sin la capacidad económica ni infraestructura mediática de las corridas ni apuesta de caballos.

Una decisión que solo es parcial a favor de los animales, sino que también, constituye un abuso contra los humanos que menos tienen mientras que los grupos económicos poderosos detrás de la corrida de toros y apuestas con animales sus privilegios se encuentran intactos.