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Vibrante mensaje de César Camacho en la XXXI sesión del Consejo Político del PRI

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En el marco de la XXXI sesión extraordinaria del Consejo Político del PRI, el presidente del CEN, Dr. César Camacho Quiróz, dio su mensaje, el cual presentamos a continuación de forma íntegra

 

Plutarco Elías Calles ejerce en su recinto, su proverbial fuerza centrípeta, atrayendo a los consejeros políticos nacionales de todo lo largo y ancho del país.

Reunidos por un propósito y unidos por una causa, refrendamos nuestra fuerza y reiteramos que ser priista es poseer el anhelo apasionado de superación; es asumir por misión propia la prosperidad de los demás; es observar la Ley como obligación y la ética como guía; es practicar la política y rechazar la violencia; es ser leal a las instituciones de la República; es refrendar respeto irrestricto, e incondicional respaldo a Enrique Peña Nieto, el primero entre sus iguales.

Estamos preparándonos para ganar; hoy ustedes han definido cómo.

Han aprobado calendarios que nos permitirán aprovechar cada día del proceso electoral para la construcción del triunfo, cumpliendo escrupulosamente la Ley.

Seremos severos vigilantes de nuestros adversarios que, ansiosos por hacerse notar, seguramente incurrirán en sus habituales excesos que no perdonaremos.

Competiremos con una plataforma de ideas encaminadas a alcanzar lo que más quieren los mexicanos: prosperidad para todos.

Habremos de seleccionar de la mejor manera a los mejores. No sólo cumpliendo la Ley y nuestros estatutos, sino aplicando controles adicionales que garanticen la probidad y la confianza de quienes nos abanderen, tarea en la que pediremos una intensa participación de la sociedad, para que los ciudadanos verifiquen el comportamiento ético de candidatos y autoridades de este origen.

Vamos a ganar porque conocemos el ADN de cada una de las 68 mil secciones electorales y lo pondremos en manos de nuestros comités directivos estatales, municipales y de cada candidato, para que construyan las más eficaces estrategias de trabajo.

Vienen los días más intensos de trabajo político, esos que los priistas más disfrutamos; lo haremos juntos, los viviremos con emoción, nos mereceremos el triunfo: la victoria está enfrente.

Los mexicanos vamos a superar los días aciagos que vivimos.

Trabajando en las comunidades vamos a cortar las ramificaciones de la cizaña que los desestabilizadores están tratando de sembrar entre nosotros.

Rechazamos la violencia, que es la antipolítica, que hace de la lucha social, división social; muta la manifestación en provocación; y convierte la diversidad en división; transforma la competencia en confrontación, y desvirtúa la exigencia de justicia, haciendo de ella, injustificada violencia. No lo merece México.

Hacemos un llamado para que todos los que forman el Estado, los tres poderes y ámbitos de gobierno, además de las fuerzas políticas, las organizaciones de la sociedad civil y las personas a título individual, sin renunciar a sus convicciones y al ejercicio de sus derechos políticos, contribuyan a la recuperación de la concordia social y el direccionamiento de todo nuestro potencial para que esta Nación rompa todo tipo de ataduras.

Restablezcamos el diálogo político civilizado, que es la mejor manera de prepararnos para las elecciones del año próximo. Las instituciones por delante, para respetar los derechos de todos, de modo que sin distingos de ninguna naturaleza impere el Estado de Derecho; no la fría norma jurídica, sino la regla de conducta cargada de valores.

Es necesario que la investigación en curso por los acontecimientos ocurridos en Iguala, desemboque en el fincamiento de responsabilidades penales, y se evite la impunidad. Este capítulo doloroso de la vida nacional debe aclararse y resolverse, no sólo con la Ley, sino con justicia.

Por otra parte, no permitamos el reinado de la confusión; la transparencia acabará con las imprecisiones y los rumores infundados que denotan franca intención de hacer daño. Frente a la mala fe, la verdad.

Es importante recordar que con las reformas transformadoras, las más trascendentes de casi un siglo y que acordamos entre todos, materializaremos los mejores pronósticos de crecimiento económico con justicia social; con inversiones generadoras de empleos, con educación de calidad que abra mejores oportunidades para todos, con competitividad que nos haga mejores, y con energía que nos impulse, conforme a la gran expectativa que se ha generado en México y el mundo.

Haciendo paráfrasis de Colosio, podemos decir que los tiempos difíciles sirven para que, resolviendo la coyuntura, demos solución a la estructura; y cuidar que lo circunstancial no altere lo sustancial.

La realidad nos indica que en el México de nuestros días, es muy importante evitar la ceguera ante los desafíos de lo inmediato, mirar sin miopía los evidentes buenos resultados, y no perder de vista el promisorio horizonte que se presagia para México.

Así ha venido haciendo el gobierno de la República, atendiendo lo urgente sin dejar de lado lo importante.

Por eso los priistas continuaremos, reprobando todas las acciones que atentan contra la libertad, la dignidad y la armonía en la vida cotidiana. Seguiremos tercamente haciendo política.

Celebramos la decisión del Presidente Peña Nieto, de rechazar la violencia, restablecer el orden y canalizar las demandas manifestadas, haciendo uso de todos los recursos que legítimamente la Ley le provee.

En este afán, Enrique Peña Nieto cuenta incondicionalmente con su partido.

Juntos y en paz, los mexicanos somos capaces de todo; si en los momentos actuales cada uno de nosotros cumple la responsabilidad que la sociedad y la ley nos han asignado, continuaremos el camino de la seguridad con justicia y paz.

Detengamos la violencia y hagamos política, por el bienestar de los mexicanos, por la prosperidad de todos.